sábado, 19 de mayo de 2012

Entrevista completa sobre El Libro en el Diario de Avisos

-¿Qué se puede, a la luz del siglo XXI, encontrar en el juicio de Jesús, presidido por Pilato? En el siglo XXI gracias a la tecnología de la programación informática, combinando decenas de datos referidos a la ejecución de Jesús en los textos que la contemplan, estamos en condiciones de conjeturar con solvencia la fecha más probable de su ejecución, el viernes 3 de abril del año 33 de nuestra era; pues bien dos años antes de esa fecha, el general Lucio Aelio Sejano, protector y mentor de Pilato en Roma, había sido ejecutado por traición al emperador, y esto revela la debilidad política en que se encontraba Pilato al tiempo del juicio de Jesús, lo que explica algunas de sus actuaciones durante el proceso.

¿Qué llama a Juan Ignacio a rebuscar -reabrir casi- un caso que se supone cerrado, que marcó y marca tanto la historia del hombre, de la persona, del ser humano? En primer termino la sensación de injusticia que me produce el juicio revisionista, que el común de la comunidad católica suele mantener sobre el prefecto romano. Se parte de un silogismo invertido. Jesús es Hijo de Dios; fue maltratado y condenado a causa de ello, luego, quien lo permitió, cuando podía haberlo evitado, es intrínsecamente malo. Y no es así, el gobernador no conocía nada sobre Jesús, ni podía conocerlo; solo veía la agitación enconada contra él por parte de su pueblo, aun así, nos cuentan las escrituras que trataba de salvarlo ¿hasta que punto esto hubiera sido posible? La respuesta esta en el libro. También mi afición por el Derecho Romano y su metódica aplicación, me ha permitido comprender muchos aspectos, que al teólogo le pasan inadvertidos o resultan enigmáticos en el relato del juicio; y es que lógicamente al teólogo le interesan más las causas que llevaron a Jesús a ser imputado por el Sanedrín Judío, pues después se asumen las consecuencias como predestinadas por el despotismo y la brutalidad romana, con un importante déficit de objetividad. -Una sociedad como ésta, que en parte da la espalda a la religión,

¿Puede estar aún interesada por la figura no sólo de Jesús, sino de su juez? Mi libro contiene un análisis intertemporal, no esta pensado para la sociedad esta o aquella, yo no busco ningún lucro, solo aporto reflexiones a la exégesis evangélica, que no he encontrado en las fuentes consultadas. El tiempo dirá el interés que reporta. Las sociedades cambian. Quien diría hace 30 años que el seminario de Hanoi (Republica Comunista de Vietnam) sería hoy uno de los más vigorosos de la Iglesia. -Juan Pedro Rivero habla en el Prólogo a su libro de "Es la mirada de un Magistrado-Juez del siglo XXI a un Juez del siglo I", ¿qué decidiría un Magistrado del Siglo XXI ante un juicio como el de Jesús? Pues depende de la “independencia” o de la “presión” que soportara a la hora de juzgar. Piense si serían igual los juicios de etarras, si en vez de desplazarlos a la Audiencia Nacional, se celebraran por jueces del TSJ de Euskadi. Seguro que si Jesús hubiera sido enviado a Roma para el caso, el veredicto hubiera muy distinto.

-¿Se puede hacer justicia aún por la persona de Jesús? El caso es que como hombre de fe me pregunto mejor si no habrá cambiado su posición en los estrados. ¿Sigue siendo Jesús reo? o será Juez.

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